Las pruebas psicométricas son una herramienta clave a la hora de seleccionar nuevo personal en las empresas, y contrario a lo muchas personas llegan como conclusión, no es tanto para analizarnos psicológicamente, sino para determinar nuestras habilidades y áreas de oportunidad.
De entrada, les podemos compartir que la psicometría es la ciencia que se encarga de medir las variables psicológicas a través del uso de la estadística, y aunque dichas pruebas son indispensables al momento de elegir un nuevo personal, esta herramienta estaría incompleta sin las entrevistas, de las cuales se recopila información sobre la manera de expresarse, de vestirse, así como su lenguaje corporal y verbal, que entre otras cosas hablan del nivel de determinación y seguridad de las personas.
En general, los primeros psicólogos experimentales del siglo XIX no estaban interesados en la medición de las diferencias individuales. Su objetivo principal era la formulación de descripciones generalizadas de la conducta humana, lo que supone que su atención se concentraba en las uniformidades más que en las diferencias conductuales, y que por lo tanto las diferencias individuales eran ignoradas o aceptadas como un mal necesario que limitaba la aplicabilidad de las generalizaciones. Así, el hecho de que un individuo reaccionara de manera diferente a otro en las mismas condiciones era considerado como un error o una variabilidad individual.
Los primeros intentos por realizar este tipo de mediciones son antiquísimos: hay testigos escritos desde los griegos, la Edad Media e incluso en la Biblia; pero en los primeros intentos se destaca Galeno, quien clasifica a los seres humanos según los “humores” en sanguíneo, colérico, flemático y melancólico, en lo que podría determinarse como una primera propuesta de escala nominal para medición de la personalidad. Aunque en la literatura encontramos miles de ejemplos como el anterior, lo que hoy se conoce como psicometría empezó a tomar forma solo hasta el siglo XIX.
El término “Test Mental” apareció por primera vez en la bibliografía psicológica de un artículo escrito por Cattel a finales de 1800, que describe una serie de pruebas que cada año se aplicaban a los estudiantes universitarios para determinar su nivel intelectual; por ello se le conoce como el “Padre de los Test Mentales”. Además de ser psicólogo, James McKeen Catell fue también un personaje clave en la configuración de la evaluación psicológica, y consideraba que era posible obtener una medida del funcionamiento intelectual mediante la medición de los procesos mentales, tales como las funciones sensoriales, perceptivas y motoras. A Catell se le debe además, la rápida difusión de aplicación de pruebas en Norteamérica y los primeros intentos por validarlas con criterios externos. Creó una batería de 50 pruebas cuyo objetivo, de acuerdo con el planteamiento de Galton, fue la determinación del rango, exactitud y naturaleza de las facultades psicológicas más elementales, así como la posibilidad de reunir suficiente material para determinar los factores que regulan el desarrollo de estas facultades, sus conexiones y sus perturbaciones, por lo que se convirtió en el primer psicólogo que planteó el uso de las baterías de pruebas para la evaluación psicológica.
Las pruebas, cuya aplicación era individual, incluían mediciones de la fuerza muscular, velocidad de movimiento, sensibilidad al dolor, agudeza visual y auditiva, discriminación de pesos, tiempo de reacción, memoria, entre otras, para pronosticar su desempeño académico. Las pruebas que se realizaban eran las siguientes:
En la actualidad, las pruebas psicométricas han evolucionado notablemente, tanto en enfoque como en tiempo de aplicación y calidad de los resultados obtenidos. Actualmente existen tres principales tipos de pruebas y cada una se enfoca en la medición de resultados diferentes:
En el pasado algunos despachos invertían hasta doce horas en la evaluación de los altos ejecutivos; hoy en día estos tiempos se han acortado notablemente desde la introducción de las pruebas computarizadas, que si bien califican y rinden reportes de manera automática, no tienen la calidad y finura requerida en la interpretación de resultados, puesto que la base de datos con la que operan es generalmente muy limitada. Por ello, no es recomendable conformarse con un reporte computarizado a la hora de hacer una decisión crucial; lo mejor es consultar con los expertos, para conocer los detalles finos de la evaluación.
En Nomitek contamos con el personal especializado en procesos de reclutamiento, quienes se encargan se realizar el filtro de los currículos, así como las pruebas psicométricas específicas para cada perfil solicitado. La finalidad es conocer y documentar características como: inteligencia, valores, habilidades, vocación, personalidad, entre otras, para determinar el perfil ideal para el puesto requerido. Nuestra garantía del servicio es por 3 meses y además brindamos seguimiento de los candidatos seleccionados.