Cuando el tema de la facturación electrónica salió a la luz en México, el órgano fiscalizador indicó que el Comprobante Fiscal Digital por Internet, CFDI, sería la forma más adecuada para legitimar los intercambios comerciales entre los contribuyentes, ya que al ser un archivo en XML sería prácticamente imposible de falsificar, además cada factura contiene elementos que deben ser validados por el SAT para dar fe y legalidad a cada transacción comercial.
Sin embargo, fue la contabilidad electronica la que permitió la mejora en las revisiones fiscales por parte de la autoridad, con el fin de evitar la evasión fiscal, el fraude, la declaración de gastos inexistentes, la venta de facturas apócrifas, el lavado de dinero y otras actividades turbias que llevan a que las personas se enriquezcan de forma ilícita y que atentan contra la seguridad financiera de los contribuyentes que sí deben pagar impuestos y declarar sus ganancias.
Las prácticas indebidas son frecuentes en todos los estratos sociales, no sólo son exclusivas de los sectores más pobres o de las más grandes marcas transnacionales; incluso en las dependencias de gobierno hemos visto casos de funcionarios que abusan de sus cargos y al creerse impunes ante la autoridad, realizan prácticas fraudulentas y se llevan consigo a otras personas que involucran con promesas de dinero fácil y rápido.
Ya que el Servicio de Administración Tributaria se ha encargado de perseguir y detener el fraude con la mayor rapidez posible, ha implementado diferentes cambios tanto a la contabilidad como a la facturación electrónica, pues a través de estos servicios se puede comprobar, validar, resguardar y contabilizar las interacciones comerciales de forma automática y transparente, ya que el SAT se mantiene al corriente de las actividades de cada contribuyente en tiempo real. Los datos que contiene la contabilidad electronica son más que suficientes para que el SAT compruebe los gastos del contribuyente, sus ingresos, inversiones y hasta sus pérdidas, de modo que sabrá que las deducciones son reales y que ameritan la devolución de impuestos, incluso de forma más rápida, por lo que los contribuyentes que utilizan estos sistemas han podido facilitar sus procesos de declaración, comprobación y devolución de impuestos y saben que cada movimiento que realicen será claro y transparente.
Por otro lado, el fisco ha implementado el sistema de auditorías electrónicas como parte de su lucha contra el fraude, utilizando los medios digitales para fiscalizar la información contable del contribuyente con el fin de certificar que la información presentada es real, y no se han realizado actividades ilícitas como la evasión de impuestos. Desde el año 2014 la Reforma Fiscal le otorgó las facultades al SAT para revisar de forma electrónica la información del contribuyente, aunque estas auditorías comenzaron a realizarse el pasado 2016, llevándose a cabo entre siete y diez mil procesos de revisión en los que se enfocaron en rubros y conceptos específicos, como la omisión de pagos o de ingresos, determinaciones incorrectas, errores en los cálculos de retenciones de los contribuyentes, diferencias con el registro patronal del IMSS, deducciones o acreditamiento indebidos y otras operaciones que considere extrañas, evitando las revisiones domiciliarias para realizarlas por medio de procesos electrónicos.
Las auditorías electrónicas se enfocan en los rubros que el SAT considere irregulares, pero antes de la revisión se envía una notificación al contribuyente a través del Buzón Tributario para que aclare la situación en un plazo de 15 días hábiles, en los que se pueden corregir los errores o aportar pruebas para desvirtuar las presuntas irregularidades que detectó el SAT; esta notificación puede acompañarse por un oficio de pre-liquidación para que el contribuyente pague una sanción mediante un crédito fiscal, si es que acepta ser culpable de las irregularidades detectadas y desea prevenir la revisión por parte del fisco.
Las auditorías electrónicas se enfocan en las irregularidades que pueden ser rápidamente aclaradas por el contribuyente, quien puede corregirlas por el contribuyente durante el proceso de revisión; estas auditorías suelen comenzar cuando se detectan diferencias entre operaciones, montos retenidos o en las facturas o contabilidad. Sin embargo si estas irregularidades no pueden ser aclaradas rápidamente o tienen un trasfondo turbio, el SAT opta por la revisión de gabinete o visita domiciliaria para agilizar el proceso.
El uso de la contabilidad electronica es de gran ayuda tanto para evitar las auditorías como para impugnarlas o llegar a acuerdos conclusivos con la autoridad fiscal, ya que la información de las facturas se actualiza automáticamente, al igual que los reportes que se deben entregar al SAT en los plazos señalados, o cuando la autoridad los solicita, por lo que no hay probabilidades de errores humanos que ameriten que un contribuyente sea sancionado.
Como parte del Paquete Fiscal 2016 se determinó en los artículos 81 y 82 del Código Fiscal de la Federación que los contribuyentes con ingresos de menos de cuatro millones de pesos deben presentar la información de su contabilidad por medios electrónicos, y que quienes no lo hagan serán multados con montos de cinco a quince mil pesos. Recordemos que el incumplimiento fiscal, la evasión de impuestos, los engaños en las declaraciones, la compra de facturas apócrifas y otros actos fraudulentos como el contrabando o el lavado de dinero son actividades ilícitas con castigos penales y multas económicas muy altas.
Las medidas fiscales del SAT buscan combatir el fraude antes de que cobre más víctimas y, por otro lado, espera atraer a más contribuyentes del comercio informal para que se incorporen a la formalidad con el régimen que les corresponda y puedan obtener beneficios como la seguridad social.
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